La flebotomía -extracción de sangre a un paciente- se practica desde hace siglos y sigue siendo uno de los procedimientos invasivos más utilizados en medicina. Aunque el proceso parece bastante sencillo, en realidad entraña algunos riesgos tanto para los pacientes como para el personal sanitario. De hecho, la OMS cuenta con unas directrices de 125 páginas en las que se resumen los «pasos sencillos pero importantes» que pueden hacer que la flebotomía sea segura y contribuya a la calidad adecuada de la muestra, evite errores de laboratorio y minimice las lesiones del paciente o del personal sanitario.
Extraer sangre de un paciente sano, joven y bien hidratado rara vez supone un reto para un profesional. En cambio, los pacientes mayores y deshidratados, con sus venas hundidas o colapsadas, pueden hacer sudar un poco incluso al flebotomista más experimentado. Y realizar una segunda, tercera y cuarta prueba es una experiencia estresante para ambas partes.
Aquí es donde dispositivos como el Aimvein Pro Vein Finder pueden brillar. Recientemente nos hicimos con uno de ellos y probamos su funcionamiento.
¿Qué contiene la caja?
Además del propio escáner de mano, bastante ligero, la caja incluye un manual de usuario, un cargador/cable de alimentación, un marcador de piel, un mando a distancia y una tarjeta plastificada para estandarizar el dispositivo antes de su uso. Como señaló uno de los comentaristas en nuestro vídeo de youtube, sería útil algún tipo de soporte que permitiera a los flebotomistas tener ambas manos libres. Es un punto justo, pero también tenemos que señalar que hemos probado la versión portátil del dispositivo.

Consultando el sitio web de la empresa, comprobamos que la solución manos libres existe. El modelo un poco más caro (Pro 2.0 Plus) se parece un poco a una lámpara de mesa con su soporte ajustable. La tercera versión, Go 2.0 con carro móvil, tiene un precio elevado y parece destinada a un uso hospitalario.
¿Cómo funciona el buscador de venas?
El escáner de venas utiliza luz roja casi ultravioleta para resaltar los vasos sanguíneos, una luz que no daña los ojos.
Debo decir que su uso es bastante intuitivo. Tras encender el escáner, se puede seleccionar entre siete colores de luz diferentes, lo que garantiza la obtención de resultados fáciles de leer independientemente del tono de piel/color de la piel del paciente. Hay dos modos de imagen, normal e inverso. La normalización es sencilla, al igual que las lecturas.

Hemos probado el buscador de venas -sin extraer sangre, por supuesto- en todos los seres humanos que han acudido a la sede de The Medical Futurist en las últimas dos semanas. Todos obtuvieron imágenes muy claras.
Según las especificaciones, la batería proporciona unas 2,5 horas de uso con una sola carga.
Costes y casos de uso
Los escáneres venosos llevan un tiempo entre nosotros, pero su elevado precio impidió que se generalizaran. Para ser sinceros, esto no ha cambiado mucho. El dispositivo probado cuesta algo menos de 2.000 dólares en la actualidad, lo que quizá no sea del todo inasequible para un gran hospital, pero desde luego no es barato. Y éste es el más asequible de esta línea de productos. Así que, estrictamente en términos financieros, creo que todavía tendremos que esperar un poco hasta que estos aparatos se vean por todas partes.

Si me pregunta para quién es útil, la pregunta es totalmente distinta. Sería útil en laboratorios, salas de hospitalización, salas de crónicos, etc. La asistencia sanitaria está llena de lugares y consultas en los que se realizan flebotomías a diario. Estas consultas suelen tener muchos pacientes deshidratados o con problemas de flebotomía. Como un dispositivo puede ser utilizado por más profesionales, las capacidades de los escáneres pueden aprovecharse bien.
The Medical Futurist