A medida que más personas experimentan problemas de salud mental, palabras como “ansiedad” y “ataque de pánico” se utilizan con más frecuencia en las conversaciones. Mucha gente los usa indistintamente o en situaciones en las que es posible que no se apliquen. Comprender las diferencias puede ayudarle a usted o a otras personas en su vida a obtener el tipo de tratamiento adecuado.
¿Qué es un ataque de pánico?
Como implica la palabra «ataque», un ataque de pánico es un miedo repentino y abrumador. Esta intensa experiencia generalmente hace que entres mental y físicamente en modo de lucha o huida de las maneras más extremas. Si bien un ataque de pánico parece ser principalmente un problema mental, son los síntomas físicos de un ataque de pánico los más notables y alarmantes. Algunos síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
- Miedo paralizante o miedo a la muerte.
- Sentirse desapegado de usted mismo o de su cuerpo.
- Miedo a perder el control
- Golpes fuertes, palpitaciones o aumento del ritmo cardíaco
- Dolores en el pecho
- Dificultad para respirar
- Opresión en la garganta o sensación de ahogo.
- Abundante sudoración
- Sofocos o escalofríos
- Boca seca
- Temblando o temblando
- Sensaciones de hormigueo o entumecimiento.
- Malestar estomacal, náuseas u otro dolor abdominal
- Mareos o sensación de desmayo.
- Dolor de Cabeza
Los ataques de pánico suelen ser desencadenados por una fobia, un trauma pasado o un aumento repentino del estrés. Muchos ataques de pánico duran entre 10 y 15 minutos, pero algunos pueden durar más o ocurrir uno tras otro, lo que dificulta saber cuánto duran.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad tiene muchos de los mismos síntomas físicos que un ataque de pánico, pero se basa en miedos o preocupaciones que normalmente se acumulan lentamente y son duraderos. Los miedos o preocupaciones sobre algo real (o percibido como peligroso o dañino) pueden estar en el fondo de tu mente durante mucho tiempo o mantenerte despierto por la noche con anticipación. Un tipo de ansiedad es la ansiedad social, que se caracteriza por el miedo a ser juzgado por los demás en situaciones públicas. Si bien muchos de los síntomas físicos pueden incluir los enumerados anteriormente, algunos de los síntomas adicionales de ansiedad incluyen:
- Inquietud y problemas para dormir.
- Irritabilidad o arremeter con ira.
- Dificultades para concentrarse
- Fatiga
- Tensión muscular y dolor en las extremidades.
- Sorprendente fácilmente
Si bien hay muchos síntomas compartidos entre la ansiedad y los ataques de pánico, la ansiedad suele producir síntomas menos intensos. Desafortunadamente, sin embargo, los síntomas tienen una mayor longevidad y pueden ser más perjudiciales para su salud general y su capacidad de funcionar.
¿Cuáles son las diferencias entre ansiedad y ataques de pánico?
La principal diferencia entre la ansiedad y un ataque de pánico es que con la ansiedad, los síntomas pueden ser menos intensos, pero se acumulan con el tiempo y son duraderos. Es más probable que la ansiedad sea causada por cosas aparentemente inofensivas, mientras que un ataque de pánico suele ser provocado por un problema conocido, como una fobia o eventos traumáticos pasados. La ansiedad es una condición a largo plazo que es menos probable que se note y podría caracterizarse por «pensamientos y miedos molestos». Un ataque de pánico generalmente se nota de inmediato y puede hacer que usted se congele o deje de responder.
¿Cómo se trata un ataque de pánico?
Los ataques de pánico deben informarse a su médico, incluido lo que estaba sucediendo justo antes del ataque o cualquier desencadenante conocido. Es importante anotar sus síntomas y con qué frecuencia ocurren si han ocurrido más de una vez. Su médico puede recetarle medicamentos para usar según sea necesario; sin embargo, el mejor tratamiento para los ataques de pánico es la terapia, particularmente para abordar los desencadenantes o traumas conocidos. También puede resultar útil aprender habilidades como ejercicios de atención plena, respiración y relajación.
¿Cómo se trata la ansiedad?
De igual forma, debes hablar con tu médico sobre los síntomas de ansiedad. Muchos síntomas se descubren dentro de problemas de salud que ocurren como resultado de la ansiedad a largo plazo, como problemas estomacales, presión arterial o problemas cardíacos. Si se determina que los problemas son causados por la ansiedad, una terapia como la Terapia Cognitivo Conductual (TCC) puede tratar la ansiedad subyacente, lo que podría ayudar también a curar los síntomas de salud. Existen medicamentos contra la ansiedad, pero es importante hablar con su médico sobre los riesgos y beneficios de estos medicamentos. Las habilidades de autoayuda, como las técnicas de respiración y relajación, así como la meditación de atención plena, también son excelentes para implementar a diario y pueden ayudar cuando notes que la ansiedad aumenta.
Ya sea que sufra ansiedad o ataques de pánico, es importante obtener la ayuda que necesita para evitar interferencias a corto o largo plazo en su capacidad de funcionar. Si está en tratamiento o en recuperación por abuso de sustancias, tanto los ataques de pánico como la ansiedad son comunes. Sin embargo, al tratar la causa de su adicción, es posible que también pueda tratar la fuente de su ansiedad o ataques de pánico.